Niñas 
y mujeres


En los últimos años, los avances en el conocimiento sobre el trastorno del espectro del autismo (TEA) se han incrementado significativamente, lográndose mejoras considerables en la comprensión de esta condición. No obstante, aún existen grandes vacíos de información, especialmente en el caso de las mujeres y las niñas con TEA.
La prevalencia que tiene este trastorno afecta a 1 de cada 100 nacimientos (Autismo Europa, 2020), aunque no se dispone de datos concluyentes desagregados por sexo. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), apunta a cifras aún mayores, señalando que 1 de cada 54 menores presenta un diagnóstico de TEA (Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, 2020). Datos aportados por este organismo según un análisis de datos del 2016 (Maenner et al., 2020) apuntaban que este tipo de trastorno afecta a 1 de cada 34 niños y a 1 de cada 144 niñas.
- Las mujeres con autismo se enfrentan a barreras y dificultades de distinta naturaleza que afectan a su calidad de vida y a las posibilidades de acceder a bienes y servicios, entre ellas:
- Invisibilidad
- Estereotipos
- Prejuicios
- Dificultades para acceder al empleo, la atención sanitaria especializada, la vida independiente…
- Falta de recursos especializados de apoyo
- Escasa sensibilidad social respecto a sus necesidades
- La infrarrepresentación de las niñas y mujeres con TEA en la investigación ha provocado que la mayor parte del conocimiento disponible sobre este trastorno recoja las características y perspectivas de los niños y hombres que lo manifiestan, sin que apenas se haya incorporado la perspectiva de género en este ámbito.
- Esta infrarrepresentación es aún mayor cuando presentan una discapacidad intelectual asociada.
Apenas existe información contrastada sobre su realidad y este hecho incrementa el riesgo de que sus necesidades no sean tenidas en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas o sistemas de apoyo dirigidos a promover la igualdad y los derechos de las mujeres, con y sin discapacidad.
En este sentido:
- Tradicionalmente se ha considerado el TEA como un trastorno mayoritariamente masculino (Gould y Asthon-Smith, 2011). Por ello, a menudo las mujeres no reciben el diagnóstico de TEA, o esta confirmación se retrasa significativamente más que en el caso de los hombres.
- Las niñas y mujeres reciben más diagnósticos previos erróneos (Lai et al., 2015) lo que dificulta el acceso a los recursos especializados de apoyo que precisan.
Soluciones
Para promover la igualdad y los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas en el espectro del autismo es preciso incrementar la investigación al respecto, la sensibilización y la toma de conciencia social sobre su realidad, incluyendo una perspectiva de género, con el fin de identificar:
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